domingo, 18 de noviembre de 2007

Ludovico Silva.



In vino veritas.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

K.-Franz Kafka

Franz Kafka era bien oscuro, impenetrable y mentiroso. Si Max brod, es verdad. No me importa lo que en su biografia haya dicho su homosexual amigo. El castillo es asfixiante, burocratica y existencialmente hablando, no importa cuanto del rollo judio tenga, es principalmente una oda a la ansiedad y a la angustia de vivir.

Cuando yo estaba como en primer año de bachillerato mi papa me dijo que habian dos libros que no debia leer nunca, "El castillo" de Kafka y "El ser y la nada" de Sartre. Bueno, ahi mismo empezo mi enfermiza relación con Kafka -Sartre no tanto, es super dificil- buscaba todo lo que hubiece, leía todo lo posible para prepararme para ese libro prohibido. El tiempo paso, y lo acepto, el miedo pudo un poco mas hasta que empeze la universidad, ahi fue inevitable. Lei una de mis novelas preferidas, me dio de todo, pero sobretodo me desespero. Me encanta ese no-final, y si, aunque mucho hubiecemos perdido, opino que su obra se debio quemar -si, mr.Brod ud. puso la torta por egoista-. Nadie esta todavia preparado para entender a esta gran letra, digo hombre.

Poemas no encontre en ningun sitio, pero hay unos aforismos que escribio por ahi en Zürau.
Los recomiendo.

Saludos, hasta la proxima.

miércoles, 1 de agosto de 2007

Franz Kafka.


quien mas?

miércoles, 20 de junio de 2007

J.-Julio Cortazar

Cortazar es argentino y es como una versión gaucha de Prometeo; es el mejor cuentista que he leído, me gusta mas incluso que ese otro grande (traducido por el) E.A.Poe. El que no lea Rayuela no merece mucho de esta vida,lo digo en serio. Y la "autopista al sur" se merece mil premios.

La primera vez que trate de leer Rayuela me la presto una amiga y leí una pagina y se la regrese, no pude con ese absurdo literario; ahora, la segunda vez lo hice por amor, no por amor al autor sino por amor a Helena, ella lo empezo a leer así que yo decidi que lo mejor que yo podia hacer era leerlo para así tener un excusa para hablar con Helena de literatura. Así fue, por fin logre hablar con el amor de mi vida acerca del otro amor de mi vida, fue increible. En el camino me di cuenta que muchos somos sin querer Oliveira y la Maga, con nuestros rollos y locuras, con nuestros absurdos; cuando termine el libro (primero que Helena) la ame mucho mas, pero ella se quedo en el Sena y yo vine a quedar loco en un sanatorio argentino.
Gracias por esa gran lectura, y gracias por estar tanto tiempo perdiendo tu tiempo conmigo, te amo siempre.
ahh...la Helena de este post no es la de Troya, es la de Jobito.
te quiero,muchas gracias. Este post es para ti, tu sabes quien eres!

para leer a cortazar busquenlo ustedes, conseguirlo es mas divertido. Creanlo.

domingo, 17 de junio de 2007

Julio Cortazar


Grande...

martes, 8 de mayo de 2007

I.- Isidore Ducasse (Conde de Lautremont)

El grande conde de Lautremont fue Uruguayo de nacimiento, pero frances por convicción. Se invento un nombre para escribir uno de los poemarios mas aplastantes de la historia, y que conste que dada la dificultad de ubicacion en las librerias nacionales no lo he leido completo. Nuestro misterioso conde escribe ese inmenso poema (canto) para asustarnos por los siglos de los siglos, amen; y que así sea. Murio joven y misteriosamente, como debe ser.

El conde de lautremont llega a mis manos atraves del gran Albert Camus en su libro "El hombre rebelde" en el que Camus expone extraordinariamente las dotes rebelde-filosoficas de nuestro poeta en cuestión. Yo tengo un libro (que me robé, de la biblioteca de mi tio Cesar en Valencia), que es una antologia de poetas franceses contemporaneos, una edicion antigua evidentemente y, a falta de poeta para mi tan aburrida letra "I" empeze a hojear el libro, por eso de la preferencia casi racista a los poetas franceses, para dar con este quijote del horror, leí parte del poema, un canto hermoso al mar y su magnificencia mortuoria y me enganche.
Poniendo de lado las teorias, Albert Camus no se equivoco, Lautremont era un gran poeta rebelde; y para que dudarlo si Camus no se equivoca nunca.

Aqui una parte de este gran poema:

Hay que dejarse crecer las uñas durante quince días. Entonces, qué grato resulta arrebatar brutalmente de su lecho a un niño que aún no tiene vello sobre el labio superior y, con los ojos muy abiertos, hacer como si se le pasara suavemente la mano por la frente, llevando hacia atrás sus hermosos cabellos. Inmediatamente después, en el momento en que menos lo espera, hundir las largas uñas en su tierno pecho, pero evitando que muera, pues si murieran, no contaríamos más adelante con el aspecto de sus miserias. Luego se le sorbe la sangre lamiendo sus heridas, y durante ese tiempo, que debería tener la duración de la eternidad, el niño llora. No hay nada tan agradable como su sangre, obtenida del modo que acabo de referir, y bien caliente todavía, a no ser por sus lágrimas, amargas como la sal. Hombre, ¿nunca has probado el sabor de tu sangre, cuando por accidente te has cortado un dedo? Es deliciosa ¿no es cierto?, porque no tiene ningún sabor. Además, ¿no recuerdas el día que, en medio de lúgubres reflexiones, llevabas la mano formando una concavidad hasta tu rostro enfermizo empapado por algo que caía de tus ojos; la cual mano se dirigía luego fatalmente hacia la boca que bebía a largos sorbos, en esa copa trémula, como los dientes del alumno que mira de soslayo a aquel que nació para oprimirlo, las lágrimas? Son deliciosas, ¿no es cierto?, porque tienen el sabor del vinagre. Se dirían las lágrimas de la que ama apasionadamente; pero las lágrimas del niño dan más placer al paladar. El niño no traiciona pues todavía no conoce el mal, mientras la que ama apasionadamente acaba por traicionar, tarde o temprano...lo que adivino por analogía, aunque ignoro qué son la amistad y el amor (y es probable que nunca los acepte, por lo menos de parte de la raza humana). Y ya que tu sangre y tus lágrimas no te disgustan , aliméntate, aliméntate con confianza de las lágrimas y la sangre del adolescente. Tenle vendados los ojos mientras tú desgarras su carne palpitante; y después de haber oído por largas horas sus gritos sublimes, similares a los estertores penetrantes que lanzan en una batalla las gargantas de los heridos en agonía, te apartarás de pronto como un alud, y te precipitarás desde la habitación vecina, simulando acudir en su ayuda. Le soltarás las manos de venas y nervios hinchados, permitirás que vean nuevamente sus ojos despavoridos , y te pondrás otra vez a lamer sus lágrimas y su sangre. ¡Qué auténtico es entonces el arrepentimiento! La chispa divina que existe en nosotros y que sólo muy pocas veces se revela, aparece demasiado tarde. Cómo rebosa el corazón al poder consolar al inocente a quién se ha hecho tanto daño: “Adolescente que acabas de sufrir dolores crueles, ¿quién ha sido capaz de cometer en ti un crimen que no sé cómo calificar? ¡desdichado de ti! ¡Cómo debes sufrir! ¡Si lo supiera tu madre, no estaría ella más cerca de la muerte, tan detestada por los culpables, de cuánto lo estoy yo ahora. ¡Ay! ¿Qué son entonces, el bien y el mal? ¿Son acaso la misma cosa que testimonia nuestra furibunda impotencia y el ardiente deseo de alcanzar el infinito por cualesquier medios, por insensatos que fueren? ¿O bien son dos cosas distintas? Si...es mejor que sean la misma cosa...porque de no ser así ¿Qué me ocurrirá el día del Juicio Final? Sagrado rostro, es el mismo que acaba de quebrar tus huesos y desgarrar esa carne que cuelga de diversos sitios de tu cuerpo. ¿Es acaso un delirio de mi razón enferma, es acaso un instinto secreto que escapa al control de mis razonamientos, y similar al del águila que desgarra su presa, lo que me ha impulsado a cometer este crimen? ¡Y con todo yo he sufrido a la par de mi víctima! Adolescente, perdóname. Cuando hayamos abandonado esta vida efímera, quiero que ambos formemos un único ser, tu boca íntimamente unida a la mía. Pero aún así mi castigo no será completo. Tendrás, además, que desgarrarme sin detenerte nunca, con los dientes y las uñas a la vez. Adornaré mi cuerpo con guirnaldas perfumadas para este holocausto expiatorio ; y entonces sufriremos los dos, yo por ser desgraciado, tú por desgarrarme...con mi boca unida a la tuya. ¡Oh, adolescente de cabellos rubios, de ojos tan dulces! ¿Harás ahora lo que te pido? Quiero que lo hagas a pesar tuyo, para que mi conciencia vuelva a ser feliz”. Después de hablar en estos términos, habrás hecho daño a un ser humano, pero al mismo tiempo serás amado por él; es la mayor dicha que pueda concebirse. Más adelante podrás internarlo en un hospital, porque el lisiado no podrá ganarse la vida. Un día te llamarán magnánimo, y las coronas de laurel y las medallas de oro esparcidas sobre el gran sepulcro ocultarán tus pies descalzos al rostro del viejo. ¡Oh tú, cuyo crimen no quiero escribir en esta página que consagra la santidad del crimen!, me consta que tu perdón fue inmenso como el universo. En cuanto a mí, todavía existo.

Hasta la proxima letra, disculpen la tardanza.

martes, 10 de abril de 2007